Tuenti vendido a Telefonica por setenta millones de euros. Enhorabuenas para sus inversores y para todos aquellos a los que la entrada de dinero fresco convierte en millonarios, para todos los que tuvieron la oportunidad y la visión de entrar en el capital en su momento, o para los que salen con el bolsillo lleno de un proyecto que ya no sentían tan suyo porque su gestión se había complicado debido a las distintas mentalidades de sus accionistas.
Para la industria en general, la operación es muy buena. Trae movimiento e interés, deja claro que aquí el que no se mueve se puede encontrar de repente o bien no saliendo en la foto, o viendo como el que sí sale en ella es ese competidor que se supo mover más rápido que él. Queda patente que en España hay empresas que entienden la red, que saben moverse en ella, y que eso hay otras empresas que lo saben valorar a la hora de plantearse su futuro en la misma.
Para Tuenti, la historia es diferente: pretender que Telefonica “invierte” en Tuenti no es más que un simple eufemismo cuando en realidad lo que hace es adquirirla en su totalidad, y suponer que, como dice, va a mantener sus manos fuera de la gestión cuando ya ha nombrado a una nueva presidenta (otra enhorabuena para Susana, a quien tengo el gusto de conocer desde hace tiempo inmemorial) es, simplemente, no conocer “la casa”.
Sinceramente, me encantaría comprobar que Telefonica ha aprendido algo de la operación de O2, con la que pudo ver cómo a veces no tocar la gestión de una empresa que va bien es el mejor de los consejos, pero me cuesta creerlo: O2 era una empresa que Telefonica “entendía”, en la que podía supervisar cada movimiento, situada en un mercado diferente y libre del “efecto sede”, y con un tamaño y características que la hacía merecedora de un tratamiento singular. Tuenti es una operación pequeña para Telefonica, está en Madrid, y lo peor, se dedica a algo que Telefonica es incapaz de entender. Ojalá me equivoque, pero creo que los tiempos que se avecinan serán de auténtica pesadilla para unos gestores acostumbrados a la independencia total, sometidos ahora a una compañía que visualiza todas las pretendidas sinergias yendo en una sola dirección, y para la que el futuro significa hacerla crecer en direcciones por las que el equipo gestor no quiso aventurarse. Mi apuesta es que el equipo gestor se quedará el tiempo que se haya visto obligado a pactar con sus nuevos jefes, y después, aquí paz y después gloria. A por la siguiente aventura.
Tuenti vendido a Telefonica por setenta millones de euros. Enhorabuenas para sus inversores y para todos aquellos a los que la entrada de dinero fresco convierte en millonarios, para todos los que tuvieron la oportunidad y la visión de entrar en el capital en su momento, o para los que salen con el bolsillo lleno de un proyecto que ya no sentían tan suyo porque su gestión se había complicado debido a las distintas mentalidades de sus accionistas.
Para la industria en general, la operación es muy buena. Trae movimiento e interés, deja claro que aquí el que no se mueve se puede encontrar de repente o bien no saliendo en la foto, o viendo como el que sí sale en ella es ese competidor que se supo mover más rápido que él. Queda patente que en España hay empresas que entienden la red, que saben moverse en ella, y que eso hay otras empresas que lo saben valorar a la hora de plantearse su futuro en la misma.
Para Tuenti, la historia es diferente: pretender que Telefonica “invierte” en Tuenti no es más que un simple eufemismo cuando en realidad lo que hace es adquirirla en su totalidad, y suponer que, como dice, va a mantener sus manos fuera de la gestión cuando ya ha nombrado a una nueva presidenta (otra enhorabuena para Susana, a quien tengo el gusto de conocer desde hace tiempo inmemorial) es, simplemente, no conocer “la casa”.
Sinceramente, me encantaría comprobar que Telefonica ha aprendido algo de la operación de O2, con la que pudo ver cómo a veces no tocar la gestión de una empresa que va bien es el mejor de los consejos, pero me cuesta creerlo: O2 era una empresa que Telefonica “entendía”, en la que podía supervisar cada movimiento, situada en un mercado diferente y libre del “efecto sede”, y con un tamaño y características que la hacía merecedora de un tratamiento singular. Tuenti es una operación pequeña para Telefonica, está en Madrid, y lo peor, se dedica a algo que Telefonica es incapaz de entender. Ojalá me equivoque, pero creo que los tiempos que se avecinan serán de auténtica pesadilla para unos gestores acostumbrados a la independencia total, sometidos ahora a una compañía que visualiza todas las pretendidas sinergias yendo en una sola dirección, y para la que el futuro significa hacerla crecer en direcciones por las que el equipo gestor no quiso aventurarse. Mi apuesta es que el equipo gestor se quedará el tiempo que se haya visto obligado a pactar con sus nuevos jefes, y después, aquí paz y después gloria. A por la siguiente aventura. Continuar leyendo «Tuenti, Telefonica y las múltiples lecturas de la historia»
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