1. La democratización de Internet
Los canales de comunicación se amplían y nos permiten jugar con espacios más rentables para publicar contenido relevante a una audiencia con posibilidades y ganas de interactuar con la marca. De modo que, ahora la marca ya no sólo lanza información sino que recibe feedback a tiempo real y en el mismo canal. En una comunicación tradicional la organización controla el mensaje, por lo tanto el único que interviene es el emisor, lo que no le permite nutrirse de nuevas visiones llegadas de la mano del publico que les permitan mejorar la estrategia.
2. Conectividad en todos los espacios
Gracias al wifi al 3G ahora internet no está en casa de usuario únicamente, se encuentra en las calles, tiendas, cafeterías, metro… convirtiéndolo en un canal directo para hacer llegar los mensajes en cualquier momento, y creando posibilidades infinitas a las marcas para generar contenido por geolocalización, lo que permite una mayor opción de éxito.
3. La segmentación
Todas las herramientas de monitorización permiten que la segmentación esté más al alcance de todas las empresas, pudiendo tener clasificado a nuestro público, y mostrar contenido mucho más personalizado. El uso masivo de internet por parte de la mayoría de la población ha permitido trabajar con infinidad de datos que permiten tomar decisiones oportunas. Los criterios de segmentación pueden ser demográficos aunque cada vez la tendencia no se centra en segmentos genéricos por clase social, edad o sexo, sino por inquietudes, motivaciones y lugares frecuentes.
4. Cambio de preferencias en los consumidores
El hecho de poner la información al alcance del público hace que cada vez sea más experto en la materia y por lo tanto sepa lo que quiere. Es la era del cliente con conocimiento avanzado que sabe donde encontrar lo que busca. La clave estará en estar en el lugar y momento que el consumidor nos necesite, y no en el lugar donde quiere la marca, como ocurre en la publicidad tradicional. Pasamos de una estrategia basada en el pull de la marca, a otra basada en el push de consumidor.
5. La gran variedad de formatos
El soporte digital permite una mayor difusión y alcance de la marca a través de multitud de formatos, como ebooks, blogs, infographics, vídeos… La facilidad que ofrecen múltiples herramientas para la gestión de contenido, hace que las empresas pequeñas se convierta en grandes generadoras de contenido, y la práctica no quede restringida a las grandes marcas.
6. Canales innovadores de distribución
Gracias a las redes sociales el contenido puede llegar a muchas más personas que forman parte de nuestro público objetivo, y en diferentes formas, como una recomendación de un amigo, que tiene mucho más valor para el usuario que un spot en tv. Además Los costes de inserción y distribución de un contenido en Internet son una fracción de lo que suponen en medios tradicionales, no sólo por las escalabilidad de los costes y por el continuo abaratamiento de los servicios, sino también porque las empresas crean sus propios canales para distribuir el contenido, como perfiles de Youtube, eliminando así los costes de intermediarios.
7. Rápida redirección de la estrategia
Herramientas como Sitecalist o Analytics de donde obtenemos información a tiempo real que nos permite redireccionar nuestra estrategia en un corto espacio de tiempo. Si lo comparamos al contenido distribuido años atrás, la empresa no podía saber si el contenido había llegado al cliente, y mucho menos si había sido leído.
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