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El acceso a la información es la clave. Éste es el motivo por el que algunos defendemos la neutralidad de la Red, más allá de las complejidades técnicas que plantea. Es un principio rector. Tanto como lo es la libertad de expresión.
Pero mientras que en las naciones más desarrolladas el debate por la neutralidad de la Red tiene sentido, millones de personas en África y Asia acceden a Internet por medio de sus teléfonos inteligentes, y las redes de datos móviles son lo menos neutral que existe. A partir de cierta cantidad de bits transferidos (en nuestro país, en general, ese límite está entre 500 MB y 2 GB, según el plan que se contrate) empiezan a correr cargos adicionales o se reduce drásticamente el ancho de banda. «Las redes de datos móviles -me dijeron desde Claro durante la semana- son un negocio que requiere inversión intensiva y constante. Además, el medio por el que se transmiten los datos (el espectro radioeléctrico) es asignado en porciones limitadas a cada operador, y por ende la capacidad no puede crecer indefinidamente. Limitar y tarifar las conexiones de datos permite asegurar que todos los clientes obtengan una parte de ese ancho de banda y que no quede concentrado en pocos usuarios que consumen mucho».
Los resultados de la idea de Wadha fueron extraordinarios. Hoy, 350 millones de personas en 29 países pueden leer la Wikipedia móvil sin cargos adicionales. La primera nación que se sumó al proyecto fue Uganda, el 4 de abril de 2012, mediante la telefónica Orange. Los idiomas oficiales de ese país son el inglés (4,7 millones de artículos en la enciclopedia) y el suajili (más de 10.000 artículos). Pero el segundo lenguaje más hablado de Uganda, el Luganda, cuenta con sólo 166 artículos en la Wikipedia. Esto podría empezar a cambiar, gracias al Luganda Wikipedia Project, de Caroline Gunnarsson y Paulina Backstrom, que están enseñándoles a los hablantes de este idioma a escribir y subir artículos (https://blog.wikimedia.org/2014/05/28/luganda-wikipedia-project/ ). De nuevo, el acceso es lo que cierra la brecha.
Al revés que el cableado de la telefonía tradicional, que las telefónicas pudieron explotar también para las conexiones por dial-up y, más tarde, para el ADSL, los datos celulares no tienen una expectativa de tarifa plana a la vista. Alguna vez ocurrirá, y las tecnologías van mejorando en ese sentido (es caso de LTE), pero por ahora la situación es la siguiente: el acceso a la información es más caro allí donde es más urgente. Donde no hay buena infraestructura de Internet por cable, las antenas de celular abren una salida a la Red. El 85% de la población humana vive en zonas con cobertura celular. Donde la PC es inaccesible o impracticable, el más ubicuo y económico smartphone toma su lugar. Pero es un sueño trunco: los datos móviles son caros y llegan con cuentagotas.
Por eso, la Fundación Wikimedia lanzó en 2012 una campaña llamada Wikipedia Zero, con el objetivo de convencer a los operadores de telefonía celular de que no cobren por el acceso a la enciclopedia libre (http://wikimediafoundation.org/wiki/Wikipedia_Zero ). La idea fue de Kul Wadha, ex empleado de Wikimedia que se ocupaba de las relaciones de la fundación con las empresas. Otras organizaciones, como Google y Facebook, tienen iniciativas semejantes (más sobre esto luego).