Es en escenarios de crisis, cuando el Comité Directivo suele percibir que la empresa necesita de nuevos referentes vinculados a su cultura, para delinear su ahora frágil estrategia en un entorno difícil e incierto de negocios. Es entonces, el momento apremiante para tomar una serie de decisiones, y aplicar, quizá tardíamente, un plan de acción, que garantice la supervivencia de la empresa, y potencie su competitividad para intentar afrontar con éxito, nuevos y más complejos ciclos de negocios.
Es así, cuando aflora en la mente de los líderes empresariales, el concepto de una cultura corporativa que obra como un formidable obstáculo para el crecimiento y desarrollo de la empresa en tiempos de cambio. En paralelo, la comunidad de consultores puede subrayar el rol fundamental que la cultura ejerce, en la transición de una empresa en crisis, a otra más viable y saludable, que ahora está inmersa en el devenir competitivo, de un nuevo entorno social, de mercado y de negocios.
Esta tensión entre el clima laboral y la realidad, entre improvisación y estrategia, entre resultados financieros y expectativas frustradas, puede conducir al desarrollo de cruciales proyectos de transformación organizativa, cuyo centro de gravedad ahora girará, en torno a la influencia de la cultura corporativa sobre el radar estratégico, operacional y de negocios que dinamiza a la empresa en proceso de transición.
T a l e n t o en E x p a n s i ó n
Sabemos que toda empresa como sistema social que es, está caracterizada por una Misión que la orienta, una Visión que la inspira, un conjunto de valores para ejercer control social, un sistema de creencias para instigar compromiso, y diversos rituales que la dotan de una personalidad singular y distintiva. Estos vectores operan, convergen y se articulan entre sí, para estimular y condicionar en el ámbito corporativo, la expresión ordenada, conveniente y predecible de conductas, tanto individuales como colectivas.
Los atributos que definen a la cultura corporativa, aparte de que no pueden medirse ni caracterizarse con precisión, son únicos para cada empresa. Es una suerte de «código genético», que en función de sus diferencias o similaridades con los de otras empresas, ayuda a la alineación de la organización en torno a los imperativos estratégicos del momento, y permite afrontar el escenario de negocios dominante, para favorecer cuando corresponda hacerlo, la construcción de…
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