
En un artículo a este respecto, publicado por Nature Medicine, el equipo de investigación ha descrito cómo crearon estos riñones funcionales de reemplazo a partir de células vivas tomadas un riñón de una rata donante. Esta misma técnica había sido previamente utilizada para desarrollar corazones, pulmones e hígados bioartificiales, según informa el MGH a través de Eurekalert.
Lo novedoso de este nuevo avance fue “que la arquitectura del órgano original fue conservada, por lo que se pudo trasplantar el injerto resultante como si fuera del propio donante y conectarlo a los sistemas vascular y urinario del receptor», explica Harald Ott, autor principal del artículo de Nature Medicine e investigador del Centro de medicina regenerativa del MGH.Vía tendencias21.net
«Si se pudiera usar esta misma tecnología para producir injertos de tamaño humano, los pacientes que sufren de insuficiencia renal y que actualmente esperan que aparezca un donante o aquellos no aptos para un trasplante, en teoría, podrían recibir órganos nuevos generados a partir de sus propias células”, asegura Ott.
En Estados Unidos, cada año se realizan alrededor de 18.000 trasplantes de riñón, pero 100.000 estadounidenses con enfermedad renal en fase terminal están actualmente a la espera de recibir la donación de un órgano.
Por otro lado, aquellos enfermos que reciben un trasplante han de someterse a fuertes tratamientos inmunosupresores, que plantean muchos riesgos para la salud y que, a pesar de ello, no eliminan por completo el riesgo de rechazo del órgano trasplantado.
En qué consiste
En este caso, se usaron células endoteliales (que son las que recubren el interior de los vasos sanguíneos y sobre todo de los capilares, formando parte de su pared) humanas para sustituir el recubrimiento del sistema vascular y células de riñón de ratas recién nacidas.
Más concretamente, el equipo de investigación sustrajo en primer lugar las células de los riñones de ratas, para confirmar que las estructuras complejas del órgano se conservaban a pesar de la sustracción. Los científicos comprobaron asimismo que este sistema funcionaba también a mayor escala, al sustraer células de riñones de cerdos y humanos.
Para asegurarse de que las células apropiadas se situaban en las partes correctas de la estructura de colágeno, los investigadores suministraron células vasculares a través de la arteria renal y células de riñón a través del uréter.
Un ajuste preciso de las presiones de las soluciones suministradas permitió activar las células para que estas se dispersasen a través de la totalidad de los órganos, que fueron cultivados durante un máximo de 12 díasArtículo completo 🙂